
Fundacion Napulkafe
Fundacion para el desarrollo turistico de los pueblos originarios y el rescate de las tradiciones y costumbres de chile

Tradiciones costumbristas
El Chile actual es un Chile de dos mundos, uno el mundo rural y el otro el de las grandes urbes, este último, el del modernismo, de las comunicaciones instantáneas, el centro donde se genera la actividad comercial, social y política más conocida del país. Donde los ciudadanos prácticamente no tienen tiempo para disfrutar y conocer mejor a su familia, sus amistades, sus hijos, un lugar donde se prioriza lo económico, la competencia permanente por ser más y mejor que los demás, un lugar donde los niños no juegan ni disfrutan prácticamente al aire libre, donde no saben, ni conocen el mundo del campo, los animales, la naturaleza, un lugar donde el stress es una de las enfermedades más importantes del mundo actual, un lugar que produce miedo por la vida de ambiciones, presión, tensión, inseguridad, un lugar, donde prácticamente la vida no es vida. Y el otro mundo, el del mundo rural, agrícola, el mundo de los bosques, de la naturaleza, de la montaña, de las islas, del mar, un lugar donde los vecinos, no sólo se conocen, sino son parte de la vida diaria, con una integración permanente, donde se aprende, si se quiere, a vivir de lo que naturaleza provee, sea mar, montaña, campo, rio o lago, un lugar donde aún existen los trabajos comunitarios, en donde todos, vecinos, familiares y amigos colaboran con otro para sacar adelante un trabajo pesado o arduo, algo que en Chiloé se conoce como minga, un lugar donde no es necesario nada para celebrar y compartir, basta la visita, un lugar y una situación, que con el correr del tiempo ha ido perdiendo espacio y memoria en la vida de los connacionales, un lugar en el que todos debemos trabajar para rescatar nuestra historia, nuestras raíces, nuestras tradiciones, nuestras costumbres. Esa es la gran tarea de Fundación Napülkafe, el rescate de nuestras tradiciones y costumbres, una enorme y mostruosa tarea de la que esperamos también seas parte.
Algunas de las tradiciones que aún persisten entre las que destaca las Fiestas Patrias cada 18 y 19 de septiembre, fecha en que se conmemora la Independencia de Chile, con la instauración de la Primera Junta de Gobierno de 1810. En fondas y ramadas, se disfruta con comidas típicas, empanadas, chicha y vino tinto, donde además se baila cueca y cumbia. Se cuelgan banderas, se elevan volantines y se hacen carreras a la chilena, con jinetes corriendo sin montura.
El rodeo chileno es otra tradición costumbrista y deporte nacional. En él se pone a prueba la destreza de los jinetes en las atajadas de novillos en un recinto llamado medialuna. Los protagonistas son los huasos, que con su vestimenta típica, sombrero, poncho, faja y espuelas, dan vida al Champion de Chile, el campeonato de rodeo más importante. Se lleva a cabo en la Medialuna de Rancagua, en plena zona campesina.
Como buen país vitivinícola, la vendimia dice presente en nuestras tradiciones y se celebra en la zona central las primeras semanas de marzo. La fiesta de la ciudad de Curicó es la más antigua y comienza con una ceremonia religiosa para bendecir los primeros mostos y dar paso a los carros alegóricos y las competencias de pisadores de uvas. También en Santa Cruz en el Valle de Colchagua yPirque en el Valle del Maipo, muy cerca de Santiago, las fiestas de la vendimia son muy coloridas y concurridas.
En áreas rurales de la zona central se celebra la fiesta de Cuasimodo, rito en que un sacerdote católico lleva la comunión a los enfermos en una carroza decorada y escoltada por jinetes con pañuelo en la cabeza. La fiesta se remonta a la Colonia y se celebra el primer domingo siguiente al de Pascua. En Santiago todavía se realiza en el sector de Lo Barnechea, como también en los pueblos de la zona central como El Monte, camino al puerto de San Antonio y en poblados cercanos a Rancagua, entre otros.
En Chiloé, algunos habitantes no se cambian de casa, sino que las trasladan, flotando por los canales de un sector a otro, amarradas a una lancha y arrastradas por yuntas de bueyes cuando es por tierra. Para la “tiradura de casas” se hace una minga (que es una rogativa que hacen los interesados a los vecinos y amigos solicitando su colaboración y ayuda), antigua tradición de ayuda recíproca en la que participan vecinos y amigos, los que son recompensados con comida y bebida.
Otra pintoresca tradición chilena, esta vez en la zona norte, es la fiesta de La Tirana. Se realiza entre el 12 y el 17 de julio de cada año en un pequeño pueblo del mismo nombre ubicado a 52 km de Iquique, que es visitado por multitudes de peregrinos y viajeros. Bailarines y músicos con coloridos trajes y máscaras dan vida a la diablada, una danza carnavalesca de origen religioso y que busca expulsar a los demonios. En el templo se ofrecen misas, mientras en el entorno hay artesanía, comidas y mucho baile.
En la isla de Pascua o Rapa Nui, la fiesta Tapati es lúdica y mágica.
No faltan motivos, cada sector productivo tiene una en distintos lugares y fechas. A las fiestas del choclo, la guinda, la chicha o el festival de la sandía se suman las fiestas gastronómicas con frutos del mar y de la tierra, juegos populares y canciones.
Es una gran diversidad de festejos, profanos o religiosos, alrededor de una celebración principal: las Fiestas Patrias que, durante varios días, conmemoran la Independencia de Chile al ritmo de la cueca, el baile nacional, y brindis con vino tinto, chicha y empanadas.
Cientos de miles de personas participan a lo largo de todo el territorio en estas fiestas que reciben también la visita de turistas de todo el mundo.
Celebraciones típicas
Fiesta Tapati de Rapa Nui
Con la piel como soporte, cual tela de un cuadro, los cuerpos pintados son obras de arte en movimiento en la isla de Pascua. Se trata de la fiesta Tapati, que cada febrero elige una reina luego de competencias juveniles de natación y canotaje en pequeñas embarcaciones y flotadores de totora. Las alianzas en competencia preparan trajes típicos, cantos y bailes; y comparten relatos transmitiendo oralmente sus mitos y leyendas. La destreza física se pone a prueba en el haka pei, cuando los jóvenes más osados se lanzan en troncos de plátanos a gran velocidad por la pendiente de un cerro. La pintura del cuerpo, denominada takona, es la característica principal de la actividad. Los isleños compiten pintándose con pigmentos naturales y símbolos originarios.
Carnavalón
También en febrero, en San Miguel de Azapa, Putre y Socoroma, se realiza un ceremonial para desenterrar de modo figurativo a Ño Carnavalón. Símbolo de la alegría, la fertilidad y la fortuna, el personaje y su carnaval atraen a miles de habitantes de los pueblos altiplánicos. Es una fiesta tradicional mestiza que se celebra 40 días antes de la cuaresma católica, para resucitar al legendario personaje mítico que augura felicidad todo el año. Se trata, al mismo tiempo, de un saludo a la pachamama (la madre tierra) y al tata inti (el padre sol, ambos en lenguas nativas), con música, bailes y frutos de la zona que prometen abundancia.
Semana Valdiviana
Hay más fiestas en febrero. Al sur de Chile, en la zona de los lagos y bosques milenarios, se festeja la fundación de la ciudad de Valdivia. “En el río Calle-Calle se está bañando la luna”, dice una canción para resaltar la belleza del entorno. Para conmemorar el hito, ocurrido el 9 de febrero de 1552, decenas de embarcaciones dan vida a un corso fluvial, que cautiva a valdivianos y visitantes que llegan desde otros rincones de Chile y desde extranjero. Las naves engalanadas compiten por un premio a la más glamorosa y son el marco perfecto para coronar a una reina de belleza. Un espectáculo de fuegos de artificio cierra la fiesta, al tiempo que en las riberas del Calle-Calle se disfrutan presentaciones artísticas, gastronomía y cerveza, rememorando la influencia cultural de los inmigrantes alemanes que poblaron la zona desde el siglo XIX.
Fiestas de la vendimia
El prestigio del vino chileno es celebrado de modo especial en la zona central del país. Los preparativos comienzan con la llegada del verano y los festejos culminan en las últimas semanas de marzo. La fiesta de la ciudad de Curicó es la más antigua y comienza con una ceremonia religiosa para bendecir los primeros mostos y dar paso a los carros alegóricos. La vendimia también elige a su reina, quien es pesada en botellas de vino en una romana o balanza, mientras se realiza la competencia de pisadores de uva, con equipos que compiten durante 10 minutos sobre las uvas hasta convertirlas en jugo. Las palmas y los gritos de aliento acompañan los movimientos, a veces graciosos, pero siempre festivos.
Año nuevo indígena
Los originarios pueblos aymara, quechua, rapa nui y mapuche siguen su propio calendario ancestral. Para ellos, el año nuevo comienza con el solsticio de invierno y se celebra la noche del 24 de junio. Ha terminado la cosecha en los campos, la tierra debe descansar, prepararse para la siembra y renovar su fertilidad. Es un nuevo ciclo de vida y las culturas aborígenes agradecen a la naturaleza. Llamada We Tripantu, que quiere decir “nueva vuelta o regreso del sol”, es la que celebran los mapuches en zonas rurales del sur, en la plaza principal de Temuco y en el cerro Santa Lucía (o Huelén, como reza su denominación original) de Santiago.
Fiesta de San Pedro
El 29 de junio, los pescadores, buzos, mariscadores y trabajadores del mar celebran a san Pedro, su santo patrono, según la creencia católica. A bordo de un bote rodeado de otras embarcaciones pequeñas, la figura del apóstol recibe los ruegos para que interceda por la pesca abundante, buena salud y un mar benévolo. Comparte la fiesta numeroso público venido de las ciudades y turistas extranjeros. La celebración incluye una misa acompañada de bailes. Las ofrendas son frutos del mar y herramientas de trabajo. El santo preside su fiesta en un altar y es paseado por calles y caletas. Desde el mar, suenan las sirenas de las embarcaciones saludando su paso.
Fiesta de La Tirana
La Tirana es un pequeño pueblo en la Región de Tarapacá cercano a la capital local, Iquique. Pero la fiesta que allí se registra trasciende al poblado, convirtiéndose en la más célebre de Chile, visitada por peregrinos y turistas. Entre el 12 y el 17 de julio de cada año, bailarines y músicos dan vida a la diablada, danza carnavalesca para expulsar a los demonios. El cuerpo de baile, con trajes y máscaras inquietantes, se mueve al ritmo de tambores y flautas. El paso lo marca con un silbato el caporal o capataz de la cofradía, al tiempo que la actividad da muestras de sincretismo religioso y saluda también a la virgen del Carmen. Descendientes de atacameños, kunzas, aymaras y otros pueblos originarios llegan al santuario en romería pagando mandas o favores concedidos por la patrona católica. En el templo, se ofrecen misas, mientras en el entorno hay artesanía, comidas y baile que no se detiene durante todo el día.
Carnavales de invierno
El frío invierno del extremo sur se entibia con fiestas y carnavales. En julio se realiza en Puerto Williams, la ciudad más austral del mundo, la fiesta de la Nieve. Lugareños y turistas, todos participan. El mismo mes, la cercana Punta Arenas organiza el carnaval llamado Invernada en la Patagonia. Carros alegóricos y murgas recorren el centro de la urbe, varias candidatas compiten por el cetro de reina y los fuegos artificiales encienden la noche de clausura junto al estrecho de Magallanes.
Fiestas patrias
En Chile, el día nacional es el 18 de septiembre y sirve también para anticipar la primavera en las fondas o ramadas, cobertizos provisorios que acogen tabernas igualmente ocasionales, que ofrecen comidas típicas, empanadas, chicha y vino tinto, donde además se bailan cuecas y cumbias. Junto a la conmemoración de la primera junta de gobierno de 1810, el 19 también es festivo con motivo de las glorias del Ejército, con todas las ramas uniformadas desfilando en las principales ciudades. Las casas lucen la bandera nacional, los niños elevan volantines, jugaban al trompo y a las “bolitas” (canicas), se competía en la rayuela (tiro del tejo sobre una línea) y en el palo encebado. Se realizaban carreras a la chilena, es decir, con jinetes corriendo sin montura, agarrados de las crines, y en las medialunas hay rodeos.
Fiesta de la virgen de Andacollo
El cobre, riqueza básica principal de Chile, es protagonista de una muestra de la religiosidad popular. Andacollo, localidad de la Región de Coquimbo, fue un asentamiento de la cultura El Molle, de influencia inca, que desarrolló la agricultura y la explotación del mineral. En lengua quechua, “anta” significa cobre y “coya”, soberana. De allí que la virgen de Andacollo sea venerada como reina del cobre. Muy concurrida por nacionales y foráneos, la actividad se celebra cada año entre el 24 y el 26 de diciembre con bailes y mandas a la patrona.